cierta noche comprendió que, además de la mojaleja, los cuentos contenían toda una filosofía basada en la irrealidad real, en los puntos de vista dinstintos e idquisitantes. Esa noche su padre, le había leido el cuento de Pinocho, un niño de madera que cada vez que mentía le crece la nariz y que, tras multitud de situaciones imposibles, acaba siendo un niño de carne y hueso. El niño miró el techo de su habitación, iluminado con estrellitas de color fosforescente, riéndose a carcajadas. Entendió cual era la moraleja de Pinocho: mejor ser mortal, que inmortal. Pinocho había elegido la irrealidad real: ser un niño corriente, aunque en realidad seguir siendo de madera fuera más divertido.

[lápiz de color, acuarela y gouache
y Photoshop]

6 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

No te imaginas el miedo que me daba cuando, en la película, se convierte en burro. Esa escena me aterrorizaba, jajajaja.

Pues qué ilusión que ya estés por terminar el libro, cariño. Ya me contarás qué tal te pareció el final, ¿vale?

¡Un abrazo, guapa!

Valeria dijo...

Muy linda ilustracion, como siempre!
un beso.

Akua dijo...

Admiro a los artistas muchísimo. Su capacidad de dar vida al mundo me deja perpleja.


Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola! gracias por visitar y comentar mi blog.. el tuyo me ha encantado... ya te sigo -saludos-^o^

Manos de felpa dijo...

Cris, de verdad que te gusta esto!!, seguro te es facílisimo ilustrar y te quedan de lindas!

Mercedes Calo Stapich dijo...

holaa! muchas gracias por tu comentario, que bueno que te gusten los muñecos! el proceso de produccion? bueno.. estan hechos totalmente a mano, no uso moldes, las caras de los personajes las modelo una por una, los cuerpos tambien estan cosidos y bordados a mano, uso diferentes telas, muchas recicladas de prendas antiguas. Algunos también están estampados en serigrafía. Saludos desde acá, y felicitaciones por tu trabajo!